Paymogo - El enclave

que los vecinos hubieran ejecutado en la villa siguiendo unas hipotéticas instrucciones de Corbachino. En todo caso, a finales de 1645 el capitán Luis Romero comunicaba que “…se acabó de cerrar el paralelogramo y se trabaja ahora en la banqueta interior…”, tras lo que el rey ordenó que “se prosigan [las obras] sin alzar las manos dellas”

Lo cierto es que a mediados de 1648 el fuerte estaba todavía a medio construir. La lentitud de su ejecución y lo indefenso del territorio circundante no lograban impedir las correrías portuguesas sobre Paymogo e incluso Puebla de Guzmán, cinco leguas por detrás. El conflicto portugués se alargaba y en 1666, con las obras aún por terminar, las tropas portuguesas tomaron el fortín con cinco compañías de infantería, dos de ellas francesas, y 24 caballos. Los portugueses continuaron las obras para hacerse fuertes e iniciaron la construcción de cuatro medias lunas, una sobre cada cortina, un foso con camino cubierto y una empalizada. También alejaron cien pasos la población del fuerte mediante el derribo de parte del caserío. El motivo era contar con la necesaria zona polémica alrededor, parte de la cual estaría ocupada por el glacis, y evitar así ser atacados por sorpresa desde la población. Aún hoy día queda rastro en la morfología urbana de esta decisión, quedando el borde del caserío a cierta distancia del fortín, si bien algunas edificaciones aisladas han ido colonizando este espacio.

El informe que el ingeniero Octaviano Menni preparara en 1669 sobre Paymogo, una vez que tras la paz con Portugal el fortín fue devuelto a la corona española, pone de manifiesto la importancia que como punto avanzado sobre la frontera tenía el enclave. Recomendaba no sólo la conservación de la fortificación sino también su ampliación por el flanco que lo comunicaba con la villa y dotarlo de un cuartel de caballería. La importancia estratégica que este ingeniero otorgó a Paymogo le hizo incluso proponer que se rodeara la población con un recinto fortificado quedando el fortín como una ciudadela.

Hemos de esperar a la Guerra de Sucesión española (1701-1713) para conocer que en 1706 la villa fue asaltada y quemada por los portugueses, aunque las milicias conservaron el fuerte y el ganado

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