Encinasola - El enclave

Encinasola

Encinasola es la población más septentrional de la raya que conserva fortificaciones del siglo XVII. Con motivo del reconocimiento que Juan Bautista Corbachino, capitán del Ejército de Ayamonte, realizó a las plazas de esta frontera por encargo del duque de Medina Sidonia para atender las demandas de protección de los atemorizados cabildos serranos y andevaleños, Encinasola le recibió en junio de 1642. Durante los dos años anteriores los ataques de la caballería portuguesa habían sido intensos y de aquí las demandas de protección de los vecinos. Las instrucciones que Corbachino dio para Encinasola no fueron más allá de recomendar la construcción de unos parapetos con banquetas que cerraran la población en determinados puntos, normalmente las bocacalles, y defendieran la eventual irrupción de la caballería portuguesa. El coste de las obras debía ser sufragado por los vecinos, no eran de gran envergadura y trataban únicamente de calmar a la población y evitar el despoblamiento en estos primeros años del conflicto en los que la corona española todavía no había organizado la defensa de la raya con Portugal.

En todo caso las correrías lusas no cesaban, por lo que, una vez creada en Sevilla la Junta de Guerra en 1645, se envió dinero a Encinasola para fortificarla. No fue para las obras dictadas por Corbachino, las cuales no sabemos en qué medida se llevaron a cabo, sino para la construcción de dos torreones artillados recientemente diseñados por Rafael de Médicis, Teniente Maestre de Campo General de la frontera de Extremadura, quien llegó a Encinasola en ese mismo año. Las plazas de Aroche y Encinasola dependían de la pacense Fregenal de la Sierra y de aquí la presencia

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