Aroche - El enclave

Aroche

Aroche fue, junto con Encinasola, la población serrana que más sufrió el embate de la Guerra de Restauración portuguesa (1640-1668). El clima de inestabilidad que supuso el alzamiento portugués estuvo provocado tanto por las continuas correrías de la caballería lusa que, afincada en Serpa y otros enclaves menores como Santo Aleixo, irrumpía en el territorio con continuas presas de ganado y quema de cosechas, como por los asedios a los que Aroche fue sometida.

En junio de 1642, como parte del reconocimiento de las plazas de esta zona que hizo Juan Bautista Corbachino, el capitán del Ejército de Ayamonte dejó escritas unas instrucciones para mejorar las fortificaciones de la población. A la sazón Aroche contaba con su antigua cerca medieval, siendo los puntos fuertes principales el castillo situado al norte y la torre de San Ginés al sur. Las instrucciones de Corbachino recorrieron todos los elementos existentes refiriendo para cada punto las obras a ejecutar. En la torre de San Ginés mejorar sus defensas dotándolas de parapetos y banquetas, cañoneras, foso, almacén de pertrechos y garita. En el barrio de La Cota, donde se habían realizado algunas obras poco antes pero de escasa eficacia según Corbachino, era necesario realizar trincheras, parapetos y, sobre todo, cegar las numerosas almenas existentes por donde el enemigo podía enfilar sus disparos hacia el interior de la población como parece que había sucedido en asaltos anteriores. El elemento a construir más importante en este lugar sería una tijera que serviría de plataforma, baluarte y casamata para la defensa de esta zona. La iglesia debía rodearse de un parapeto con su banqueta ya que era muy vulnerable al ataque desde los cerros cercanos.

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