Paymogo - El enclave

cultivos, caminos y pozos. Presta especial atención a la orografía del terreno destacando las alturas circundantes desde la que se podrían amenazar al fortín, como el caso de la “Altura de Juan Benito, 10 pies mas alto que el castillo”. El análisis gráfico que aporta el plano se ve complementado por los datos de su informe sobre demografía, producción agrícola e industrial, toponimia del entorno y la propia descripción de la fortificación. Vemos pues cómo el Cuerpo de Ingenieros estudia el territorio no sólo desde el punto de vista militar, sino para obtener datos que le permitan a la corona evaluar y aplicar decisiones (económicas, fiscales, de control territorial...) de la forma más fiable posible.

El estado en que se encontraba la fortificación en esta época queda refrendado en parte por el plano que levantara Carlos Voysin en 1735. El abandono de la fortificación era patente al anotar que el pozo no tenía agua. La falta de funcionalidad se manifestaba por la ubicación del horno de pan en el foso y de forma especial en la situación del polvorín adosado al muro norte de la iglesia, entre dos de sus contrafuertes, con el acceso desde el interior de la misma y en un lugar cuya eventual explosión podría causar gran riesgo a los vecinos que se refugiaran en el templo en caso de conflicto.

Otras dependencias se adosaban a la iglesia aparte del polvorín, como los cuartos de oficiales y probablemente el cuerpo de guardia contra el muro sur. El plano muestra también la existencia de garitas de planta circular en los extremos de los baluartes y los cuarteles intramuros a los que hemos hecho referencia antes y que quedaban adosados al interior de las banquetas que formaban el ángulo sureste del fortín. Creemos no obstante que parte de la tropa se albergaría en algunas de las casas del pueblo, siendo el fuerte en realidad un último refugio para tropas y soldados en caso de conflicto.

Las defensas exteriores las constituían una media luna adosada a la cortina sur y el foso, cuyo parapeto recogía la forma que las otras tres medias lunas pudieran haber tenido en su momento pero que en estas fechas parece que ya no existían. El cuadro lo completa el hecho de que el foso se destinara a huertas de uso exclusivo del gobernador de la plaza, las cuales quedaban a salvo de las incursiones del ganado debido precisamente a la existencia de su parapeto.

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