Juan Bautista Corbachino
Es el primer artífice del que tenemos noticia en esta frontera. Fue enviado en febrero de 1641 a la plaza de Ayamonte por el duque de Medinaceli, comenzando las reparaciones de su castillo una vez que Portugal se hubo rebelado contra la corona española. Corbachino había servido trece años como capitán de artillería en Nápoles y Sicilia, y siete años en el galeón Nuestra Señora del Rosario bajo el Almirante de la Armada Real del Estrecho. Posteriormente pasó a Cádiz, sirviendo siete años más en sus fortificaciones y en los fuertes del Puntal y Matagorda.
Corbachino no era propiamente un ingeniero militar, sino un soldado viejo de artillería con grado de capitán que contaría con los conocimientos de ingeniería y construcción relacionados con el arte de fortificar que pudiera haber conseguido en su etapa de Cádiz. Entre 1641 y 1645 trabajó en las defensas de Ayamonte, reconociendo la frontera hasta Fregenal, ya en Badajoz, en junio de 1642 como Ingeniero Mayor del Ejército de Ayamonte. Por las Actas Capitulares que se conservan conocemos los informes que preparó para mejorar las defensas de Aroche y Cortegana. Sabemos que estuvo también en Encinasola y en Fregenal, pudiendo ser también el autor de la traza del fuerte de Paymogo aunque no tenemos datos que confirmen esta última hipótesis.
Corbachino murió en 1645 durante su visita a Sanlúcar de Barrameda para dar cuenta al duque del estado de las obras de la frontera. Los informes sobre sobre su capacitación como ingeniero fueron diversas, y mientras el Maestre de Campo General en Ayamonte Gerónimo Roo lo tuvo en gran estima, otros como Juan de Alvarado o Rafael de Médicis no opinaban igual.
